Internacional

Recortes a financiación ponen en riesgo alimentario a 2.5 millones en Latinoamérica

La crisis económica global ha obligado a países donantes a disminuir fondos para el Programa Mundial de Alimentos

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha enfrentado una reducción significativa en su financiación, lo que afectará a unos 2.5 millones de personas que están en inseguridad alimentaria aguda en América Latina y el Caribe.

La directora regional del PMA, Lola Castro, advirtió que la crisis económica mundial ha llevado a una disminución de recursos por parte de los principales donantes, como EU y Canadá, afectando sus planes de trabajo para atender a casi 10 millones de personas en la región.

La inseguridad alimentaria aguda es una situación grave en la que la falta de acceso suficiente a alimentos pone en peligro inmediato la vida o los medios de subsistencia de las personas. El PMA había proyectado atender a 9.9 millones de personas en esta situación en los 13 países donde opera en AL y el Caribe. Sin embargo, debido a los recortes, ahora se verán obligados a recortar la asistencia a 2.5 millones de personas vulnerables.

El recorte de financiación tiene implicaciones directas en la asistencia que el PMA puede proporcionar a las personas afectadas. Se verán afectadas las transferencias sociales, proyectos para prevenir crisis climáticas y la entrega de alimentos nutritivos, especialmente en países como Haití.

Lola Castro advirtió que algunas personas podrían caer en situaciones cercanas a la catástrofe o incluso al hambre, lo que dificultará mucho más su recuperación en el futuro.

La inseguridad alimentaria es una problemática de gran magnitud en AL y el Caribe. En los 13 países donde el PMA opera, se estima que 40 millones de personas están en situación de inseguridad alimentaria. Esta situación es consecuencia directa de la desigualdad social y la crisis climática, que empeora año tras año.

Impacto desigual y crisis climáticas
Las poblaciones más afectadas por la inseguridad alimentaria son las comunidades indígenas y afrodescendientes, que suelen estar alejadas y carecen de acceso a servicios sociales adecuados.

Además, la región es vulnerable a crisis climáticas recurrentes, como sequías en Centroamérica, huracanes en el Caribe y Centroamérica, e inundaciones en Suramérica. Estas condiciones dificultan aún más la recuperación de las personas afectadas.

La directora regional del PMA enfatizó la importancia de trabajar en áreas de acción anticipada para abordar la inseguridad alimentaria en la región. La crisis climática y la desigualdad social exigen una respuesta proactiva y sostenida para proteger a las comunidades vulnerables y evitar situaciones extremas de hambre y desamparo.

Castro enfatizó que, sobre este desafío regional, AL y el Caribe «tienen que ser una prioridad para Europa», para que siga ayudando a la región frente a problemáticas como la crisis climática, la migración y el combate del hambre.

Ese es «uno de los mensajes» que quiere lanzar este programa de las Naciones Unidas ante la celebración de la cumbre entre Unión Europea (UE) y Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) el lunes y martes próximos en Bruselas, dijo Castro.

Esta máxima cita de los dos bloques, que representan a 61 países y el 21 % del producto interior bruto (PIB) mundial, es la primera en ocho años.

Hambre a la alza: FAO
En el marco de la cumbre presidencial del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), celebrada en Belice a finales de junio, el subdirector general y representante de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para AL y el Caribe, Mario Lubetkin, afirmó que la región tiene «muchos años» con un alza «permanente» del hambre y la desnutrición, y hay que abocarse a soluciones que hagan sostenibles los sistemas de producción para revertir esa curva.

«Lo que le señalaba a los jefes de Estado y cancilleres es que tenemos que, al menos, detener la tendencia negativa del aumento permanente del hambre y malnutrición para, invirtiendo la curva», comentó.

Lubetkin agregó que en la región hay «más de 56 millones de personas que pasan hambre, y más de 130 millones que no se alimentan correctamente».